11 nov 2009

Sueño


¿Cómo comienza un sueño? ¿Alguna vez se ha podido recordar completo? La muerte siempre parece ser el final, aunque claro, existen otros menos salvajes en el que todo se desvanece hasta formal la realidad. No sé cuál es el comienzo de mi sueño. Pues me parece imposible descubrir esos principios.

Había una oscuridad poco iluminada, del centro de ella escuche una voz que decía cosas semejantes a palabras, pero que no relacionaba con ningún idioma. No obstante sabía que marcaban algo que conocía; la sentía mía.

Parpadeé, después encontré a mi sombra. Mi sombra tenía sombra propia, esa segunda abrazaba a la primera. En un momento mágico, cuando yo las observaba perpleja, se desprendieron de mí. Se fusionaron. El resultado se oculto en la oscuridad más invisible. Yo no dije nada, temía asustarlo; sin embargo ya me había asustado a mí.

Estiré un brazo queriendo alcanzar esa fusión. De las sombras algo tomó mi mano. Palidecí. Me jaló con él. No veía nada, pero no necesitaba ver nada. Sentía. Para cuando comenzó a tocar mi rostro ya sabía quién era. Era la soledad que siempre anduvo conmigo silenciosamente, y a hora en silencio besaba mi tristeza.

La oscuridad se fue en el instante más perfecto, tras la luz de la madrugada descubrí su rostro. Todo acabó allí. Pero cuando desperté su imagen seguía grabada en mis pupilas.

Jz